No es la primera vez que ocurre, durante los últimos años son varias las voces que se han alzado criticando películas antiguas. Clásicos del cine mundial que ahora son mirados con sospecha porque Audrey Hepburn fuma en Desayuno con diamantes, en Ben Hur se defiende la esclavitud o John Wayne maltrata a las mujeres protagonistas de algunos de los westerns más conocidos. Y no son sospechas infundadas. Realmente en estas películas vemos actitudes y comportamientos que es normal que consideremos reprobables. No sólo porque han pasado cincuenta años y las normas sociales han cambiado. Sino porque realmente el tabaco es perjudicial, la esclavitud es un atentado grave contra la dignidad humana y el machismo es algo a erradicar.

Sin embargo, leyendo en estos días que en un teatro de Memphis han retirado Lo que el viento se llevó por los comportamientos racistas y supremacistas que refleja, me pareció que la pregunta de una clienta habitual del cine que aparece recogida en ese artículo nos daba una clave: “¿Cómo enseñar a nuestros hijos y nietos lo que está mal con la esclavitud si no saben lo que es porque no pueden verlo?”

El problema no se va a solucionar simplemente eliminando en el cine las escenas que contienen aquellos comportamientos que eran aceptables en la época que fueron concebidas esas películas y ahora hemos desterrado como reprobables. Esos comportamientos que nos escandalizan al verlos en películas de hace cincuenta, sesenta años, tristemente, siguen presentes en nuestro día a día. Y es, por tanto, en el presente donde debemos trabajar para cambiar nuestras actitudes.

Necesitamos que las siguientes generaciones sepan los errores en los que no pueden volver a caer y el cine puede ser nuestro aliado más que nuestro enemigo para educar a los que vienen detrás de nuestros. Puede ser el espacio en el que sentarse con nuestros hijos y nietos, y mientras disfrutamos de una buena película explicarles por qué fumar no te hace un Rebelde sin causa, que a las mujeres no se las conquista matando al malo y que, sin duda, la lucha contra racismo todavía no ha acabado.