En unas semanas muy complejas en torno a las decisiones judiciales, además de las polémicas de los últimos meses sobre Cataluña, o más recientemente sobre el 'caso Manada', hace unos días salía la sentencia de los bomberos sevillanos que habían ayudado en labores humanitarias en la costa de la isla de Lesbos, en Grecia. Estos bomberos habían sido acusados de «tráfico de personas en grado de tentativa», cuando lo que intentaban era rescatar al mayor número posible de inmigrantes que huían de la guerra de Siria en el mar Egeo. No han dejado de repetirse manifestaciones en favor de la absolución de los acusados, y muchos no dudaban en calificarlos como héroes, frente al intento de criminalizarlos.

Imagino que todos estamos de acuerdo en que estas personas no han cometido ningún delito. De hecho, la noticia llama la atención porque parece que no se necesitaba un juez para aclarar estos hechos. Por suerte, les han absuelto y parece que se ha hecho justicia. Me hacen pensar estas noticias sobre las políticas de inmigración de nuestros países. El modo en el que podemos acoger a todas estas personas que atraviesan el estrecho hacia nuestras costas. Pero hoy, sobre todo pensaba en el concepto de justicia.

Me llamaba la atención un cartel en una de las manifestaciones, en las que se defendía la inocencia de estos bomberos, que decía: «lo justo es salvar vidas». No sé demasiado de derecho, y de alguna manera todos aceptamos las leyes como normas dentro de una sociedad. La justicia trata de distribuir a cada uno lo que le corresponde, y está bien, pero creo que este cartel nos puede hacer ver una justicia aún mayor. Habla de una justicia positiva, que pone mucho más lo ojos en todo lo que se puede hacer, no tanto en lo que está prohibido, sino en todo lo que cada uno puede 'salvar' a su alrededor. En todo el bien que está a nuestro alcance. Pasa de ser una justicia de límites a una justicia abierta. Abierta a que desaparezca lo injusto, abierta a los que sufren esas injusticias. Hoy, después de un tiempo pensando sobre la justicia, caigo en la cuenta no de todo lo que se me prohíbe, sino de todo el bien que puedo hacer.